FUIMOS EN BUSCA DE UNA AVENTURA Y NOS TRAJIMOS GRANDES AMIGOS.
No fue difícil convencer a Alfonso que nuestro viaje debía ser a Egipto. La casualidad, o el destino, hizo que en nuestras vidas se cruzaran Rosa y Mahmoud.
Lo que empezó como un viaje de novios especial se convirtió poco a poco en la mayor aventura de nuestra vida. Desde niña había soñado con visitar Egipto. Había visto cientos de documentales, miles de fotografías, pero nada se puede comparar a lo que allí vimos y sentimos.
Uno puede imaginar el paisaje, los monumentos, incluso puedes llegar a hacerse una idea de lo magníficos y exageradamente majestuosos lugares que allí descubrimos. Pero los documentales y las imagines no huelen no se sienten sino estas allí, como nosotros estuvimos. Su mezcla particular de aromas, el convivir con su gente, el vivir sus costumbre, jugar al dominó en el callejón, ¡hay que recuerdos!, o entrar en Snefru al estilo Indiana Jones. Te deja sin palabras. Sientes que por un momento el tiempo se detiene. Ni en mis mejores sueños pude jamás imaginar lo que allí descubrimos.
Ahora, tras el paso del tiempo, volvemos la vista atrás y nos damos cuenta de lo que allí vivimos. Descubrimos no solo una antigua cultura sino a dos personas que nos transmitieron su pasión y amor por un pueblo al que ya admirábamos sin conocerlo.
Ahora espero que Sara, Noor como siempre dice Rosa, sea algo más mayor para que entre todos le descubramos las maravillas que esconde Egipto.
Gracias de todo corazón por habernos permitido formar parte de vuestras vidas.
Caty, Alfonso, y “Sara”. Sabadell. Barcelona